EDAD MEDIA
EXTENSIÓN
Se ubica entre
los siglos V al XV, abarca desde la desintegración del Imperio Romano (476) a
la caída de Constantinopla en poder de los turcos (1453). No obstante, estas
fechas no han de ser tomadas como referencias fijas: nunca ha existido una
brusca ruptura en el desarrollo cultural ubicado cronológicamente entre la
gloria de la antigüedad clásica y el Renacimiento.
DENOMINACIÓN
Nombre aplicado
peyorativamente por los renacentistas que se autojuzgaron como los renovadores
de la cultura clásica (de ahí: Renacimiento) y denominaron a la época anterior,
tomando como base la idea de que “mediaba” entre dos grandes momentos
culturales.
El término
implicó en su origen una parálisis del progreso, considerando que la Edad Media
fue un período de estancamiento cultural, La investigación actual tiende, no
obstante, a reconocer este período como uno más de los que constituyen la
evolución histórica europea, con sus propios procesos críticos y de desarrollo.
VALORACIÓN DE SU CULTURA
El Renacimiento
la menospreció y aún hoy es frecuente afirmar que fue una época oscura,
enclavada entre dos grandes períodos: Antigüedad y Edad Moderna. Este es un
juicio erróneo y subjetivo que no admite la originalidad de la cultura
medieval, época en la que el cristianismo inspira un arte propio, aunque no
totalmente ignorante del antiguo, y en la que nacen los modernos idiomas
europeos. El surgimiento y la consolidación de las lenguas “Vernáculas” o
“romances” generó la aparición de una nueva literatura.
En la Edad Media se
distinguen dos períodos:
· ALTA EDAD MEDIA: S. V al X.
· BAJA EDAD MEDIA: 5. X al XV.
ALTA EDAD MEDIA
Este período presenta la imagen de un hombre culpable por
el hecho de ser tal, abrumado por la evidencia del fin del mundo y su casi
inevitable perdición.
La figura que se destaca en el plano de la Teología es
SAN AGUSTÍN. Para él, el hombre, es un ser imperfecto por naturaleza. Se salva
únicamente por la gracia divina, mientras que la inmensa mayoría será condenada
a las llamas de Infierno. El acento está puesto en el trasmundo: la salvación o
la condenación.
La iglesia se
atiene a la concepción ideal del orden universal, explicando la evolución
histórica conforme a la voluntad divina. Es pastora de almas, es decir que el
único reinado al que aspira es al espiritual, rechazando todo poder temporal
(terrenal).
En el plano
intelectual busca conservar fielmente lo antiguo y tradicional; y no sólo le es
ajeno el pensamiento del progreso propio de la ciencia moderna, sino que en la
misma interpretación de las verdades conocidas y garantizadas por las
autoridades busca mucho menos la originalidad de la explicación que la
confirmación y comprobación de las verdades mismas. Los valores supremos están
fuera de duda; la posesión de estos valores, no la fecundidad del espíritu, es
el objeto de la vida.
ARQUITECTURA
Se impone el
estilo Románico (palabra proveniente de “romana”). Las llamadas
"fortalezas de Dios”, edificaciones caracterizadas por su pesadez, sus
gruesas paredes, sus escasas aberturas que impiden el contacto con el exterior,
hablan de un hombre encerrado, temeroso de lo externo y agobiado por la
presencia de un Dios distante y duro.
BAJA EDAD MEDIA
Un
renacer en todos los planos de la actividad humana, se afirma decididamente en
Europa alrededor del año 950.
q
Al sucumbir el imperio carolingio se fragmenta en
diversos reinos y se instaura el orden feudal –marcado por la relación
vasallo-señor- . Esto tiene como consecuencia una parcelación del poder real,
porque muchos nobles se hacen muy fuertes, política, económica y socialmente.
q
La cristiandad surge como el único factor de unidad
posible, y por ende, la iglesia y el papado aumentan el poder.
q
Aparece el espíritu de cruzada: el deseo de morir por
la fe y el deseo de llegar a un mundo de bienaventuranza, fomentado por la
iglesia.
q
Resurgen las ciudades.
q
Comienza una economía monetaria y mercantil.
q
Aumenta la producción agrícola y manufacturera.
q
El comercio es intenso
q
Las clases altas descubren el placer de aparentar.
q
La iglesia intenta alejar a su clero de la disipación,
del gusto por lo material, que también se había colado en la Iglesia. En 1231
se crea el tribunal de la Inquisición para custodiar la fe y controlar las
herejías, que minaba a la propia iglesia.
q
Cambia la visión de la divinidad, el hombre se siente
protegido por un amoroso ser superior al cual puede llegar a través de la
invocación a los santos o a la virgen.
q
SANTO TOMAS DE AQUINO manifestaba su confianza en la
posibilidad del hombre de comprender las verdades mediante la razón, y
planteaba el destino de salvación de los mortales, confiando en un racional
plan divino dirigido a tales efectos.
q
ARQUITECTURA. Aparece el estilo GÓTICO. La catedral ya
no se aferra a la tierra sino que se lanza a la búsqueda de las alturas con sus
múltiples torres terminadas en agujas; los muros se adelgazan y la luz entra a
raudales.
q
El hombre se yergue sobre la tierra y, aunque no olvida la posibilidad de
los castigos del más allá, ahora esta vida lo invita a disfrutar; se plantea
como digna de ser vivida.
q
Comienza la evolución del culto
cristológico al mariológico o mariano.El culto a la virgen MARÍA pasa a un primer
plano y se la ve como intermediaria ideal entre el hombre y Dios.
q
Cambia la consideración por el sexo femenino. En la
Alta Edad Media, la mujer era la pecadora, la causante de todos los males de la
humanidad. En la Baja Edad Media la mujer es un ser superior (para tentar al
hombre bastó una mujer, para tentar a ésta hizo falta el demonio).
q
El arte es el más valioso instrumento educativo de la
iglesia. Aquél es solo una concesión que se hace a las multitudes ignorantes en
que se puede influir mediante impresiones; tiene una finalidad moral.
IDEALES
1.
HEROICO. Se produce la exaltación del valor y la
gloria individuales.
2.
RELIGIOSO. Se robustece primero entre las clases
populares; propiciado por la Iglesia y posteriormente asumido por la
aristocracia fusionando lo heroico y lo religioso.
3.
CABALLERESCO Y CORTESANO, al que Dawson define como
reacción contra la brutalidad de la guerra y contra el retraimiento conventual.
Este ideal impone un código de “Cortesía” y una nueva concepción del Amor: es
el “Amor Cortés” que se caracteriza por el culto de la mujer; la sublimación
del amor, que no aspira a la consumación carnal ni al matrimonio; toma del
Cristianismo el lenguaje ritual que proviene del Culto Mariano; del feudalismo,
la concepción del amor como asedio; de la Antigüedad, la influencia del “Arte
de amar” de Ovidio.
Todos estos
ideales se proyectan al plano artístico, de manera que surgen nuevamente los
géneros literarios sin influencia de épocas anteriores sino desarrollándose a
partir de los ideales humanos que corresponden a la época.
DEL
IDEAL HEROICO nace la EPOPEYA creada en lengua vernácula. En España puede
apreciarse como manifestación del género épico: el “Poema del Cid”
Del
IDEAL RELIGIOSO existen diversas expresiones literarias relacionadas con el
mester u oficio de clerecía como los “Milagros de Nuestra Señora” de Gonzalo de
Berceo.
Del
IDEAL CORTESANO proviene la poesía trovadoresca que se desarrollará a
continuación.
LA LÍRICA.
La lírica
sentará las bases de la sensibilidad occidental. Esta se desarrolla en tres
grandes pasos:
· Lírica trovadoresca.
· Escuela de Sicilia.
· Dolce Stil Novo.
LIRICA TROVADORESCA
PROVENZAL.
Hacía
ya algún tiempo que los juglares difundían los cantares de gesta cuando
apareció hacia el sur de lo que es Francia en la actualidad, una nueva poesía,
fina, expresiva de delicadas emociones, de extrema dulzura. Sus creadores eran
los trovadores (de trovar que quiere decir hablar: hablar una melodía, un
verso) provenzales (por ser la Provenza una de las regiones donde aparece dicha
poesía aún cuando también se detecta en Aquitania, Gascuña y Auvernia). Ya no
se trataba de artistas ambulantes que procuraban el entretenimiento del pueblo,
sino de refinados poetas que componían la letra y la música de sus versos en el
marco de un aristocrático ambiente cortesano. Debía tener amplios conocimientos
del arte de la composición musical, que se estudiaba en los monasterios
frecuentes en las Galias. El aprendizaje del arte de la composición es arduo,
puesto que exige la perfección, tanto en la métrica como en la rima de los
poemas. Además debía saber retórica, como se puede apreciar en su poesía donde
abundan los recursos propios de la literatura latina (Ovidio, Virgilio y
Séneca).La temática preferida, excluyente casi, fue la expresión lírica de los
sentimientos y, en primer lugar, el AMOR.
Martín
de Riquer los caracteriza de la
siguiente forma: “El trovador es aquél que compone poesías destinadas a ser
difundidas mediante el canto y que, por lo tanto, al destinatario le llegan por
el oído y no por la lectura. “
Esta
poesía nace entre el siglo XI y XII, y utilizó la “lengua d’oc” para
expresarse.
Desarrolló
varias especies literarias: el sirventés, de tono satírico; la pastorella, en
la que un caballero corteja a una pastora: la “cansó”, donde alcanza alta
expresión el culto caballeresco a la mujer y la idealización de lo femenino y
del amor.
Hay
varios estilos en esta lírica:
1. “Trovar leu”: es de interpretación fácil, pues
la versificación es sencilla y presenta pocos recursos estilísticos.
2. “Trovar clus”: es el trovar hermético, de
difícil comprensión, porque a veces es demasiado conceptual. Se buscan las
rimas difíciles para exaltar la habilidad del trovador.
3. “Trovar ric”: es elegante, de suaves maneras.
· La mujer comienza a ejercer un rol
protagónico como señora del castillo. En este marco la lírica trovadoresca
desarrolla un concepto de amor, el amor cortés.
· El amor cortés es
un sentimiento aristocrático, que concierne sólo a una élite que frecuenta la
corte. Este sentimiento exige de la discreción porque la amada del trovador ha
de ser casada. Es éste pues, un amor adúltero (de intención) basado en el
axioma que no puede haber “buen amor verdadero” en el matrimonio. Se habla de
adulterio de intención porque de hecho este tipo de relación estaba prohibida
en la época, y, como lo señala Hauser, la consecuencia del mismo era la muerte
de la infiel.
La propia palabra “cortés” procede de corte;
es decir que el amor cortés es aquél que se desarrolla en el marco del núcleo
selecto de los nobles que se reúnen en la corte.
Muchos de los ritos propios del
feudalismo se convierten en tópicos poéticos. Determinadas ceremonias
como el abrazo y el beso que sellaban las relaciones vasallo-señor, expresiones
referidas a la conquista del castillo (asedio) o al duelo entre caballeros,
pasan a formar parte del lenguaje poético. El trovador es el servidor de la
dama (midons), a quien debe rendir homenaje, servir como un vasallo, serle fiel
y defender cuando las circunstancias lo requieran. La dama, sin embargo, no
puede cumplir con la protección que le dispensaba el señor al vasallo.
Se distingue el amor para los nobles
del de los villanos. Para éstos es el aspecto camal, el acto instintivo. En los
nobles el amor se intelectualiza, se hace espiritual, aunque, como también lo
señala Markale, se desarrolla a la par la sensualidad y el erotismo,
volviéndose pretexto para un poema. Los trovadores lo llamaron “fins
amor”, refinado, purificado, opuesto al “fals amor” o
amor contaminado por el sexo. El amor cortés es “ en definitiva, un arte de
amar, convencional y teórico, en relación directa con la pasión, y que
constituye en fin una regulación de la unión amorosa, de carácter idealizado
bajo la forma de una prueba de continencia, que implica, por parte de la dama,
un compromiso más serio, más peligroso y, en consecuencia, más sincero. En esta
actitud reside el verdadero significado de assai o assag “ensayo, prueba”,
según el cual la dama permite al amante yacer con ella en la cama (jazer), pero
sin realizar el último acto carnal. En tales circunstancias, al amante le es
permitido abrazar a la dama (tener), besarla (baisar) y acariciarla (manejar);
pero el fait (la cópula) estaba vedado.”[1]
La máxima es que “el amor cuando se consuma se corrompe”.
Existen, por lo tanto dos
concepciones o fenómenos opuestos socialmente: 1) el matrimonio, institución
jurídica, fundado en el contrato en el que intervienen quienes ejercen la
patria potestad sobre los contrayentes, cuyo objeto fundamental es procrear
varones para conservar la heredad e incrementar el poder bélico del feudo. 2)
La relación espontánea de la pareja, que no puede consumarse por los castigos
impuestos al adulterio.
Lógicamente la iglesia está en
contra del amor cortés, porque implica un adulterio de intención, pero sí va a
aprobar su evolución que se observará en el Dolce Stil Novo.
La relación amorosa pasa por
diferentes etapas; hay un proceso gradual de acercamiento. Una primera etapa
señala que el enamorado no se ha atrevido a hablar con ella, tiembla, palidece,
suspira, pero no confiesa abiertamente sus sentimientos; es el fenhedor, pretendiente.
Cuando ha manifestado sus sentimientos se convierte en el suplicante o pregador
. Luego la dama lo recibe e
intercambia algún objeto como prueba de amor, además de la consabida sonrisa;
es el entendedor, porque ha sido aceptado por la dama. El último paso es
el drutz, condenado como se ha visto, el de la consumación.
Los preceptos
del amor
Se redactaron en latín en el siglo
XIV, codificando los preceptos del amor cortés que ya ha dejado de ser. Vale
como testimonio de lo que ocurría en los siglos XI y XII. Los mismos son:
1º. Huye de la
avaricia como de una peligrosa plaga y, por el contrario, sé generoso.
2º. Evita siempre la
mentira.
3º. No seas
malediciente.
4º. No divulgues los
secretos del amor
5º. No tomes varios
confidentes para tu amor.
6º. Manténte puro
para tu amante.
7º. No intentes, a
sabiendas, atraer a la amiga de otro.
8º. No busques el
amor de una mujer con la que te avergonzaría casarte.
9º. Permanece
siempre atento a todos los mandamientos de las damas.
10º. Intenta siempre
ser digno de la caballería del amor.
11º. Muéstrate, en
cualquier circunstancia, educado y cortés.
12º. Entregándote a
los placeres del amor, no sobrepases el deseo de tu amante.
13º. Des o recibas
los placeres del amor, observa siempre cierto pudor.
· La dama es el ser superior al que el
enamorado rinde culto y ofrece su vida como servicio; la llama “mi señora”. “El
término derivado del latín domina, significa que esta mujer ocupa una posición
dominante y al mismo tiempo define su situación: está casada. (…) La dama es la
esposa de un señor, y a menudo de su propio señor. En todo caso, es dueña de la
casa que él frecuenta. En virtud de las jerarquías que gobernaban entonces las
relaciones sociales, ella estaba efectivamente por encima de él, quien enfatiza
la situación con sus gestos de vasallaje”.[2]
La dama aparece como figura idealizada, poseedora de virtudes, tanto físicas como morales, origen
y destinataria del hacer poético. Es lejana, altiva, distante, caprichosa.
Exige esclavitud y total sumisión por parte del amado que se humilla, arrodilla
o se ofrece como esclavo, rindiendo su voluntad a la superioridad de la amada.
· Además del
enamorado y la dama hay otros personajes que aparecen en los textos de los
trovadores: el marido “gilos” o “gelos”, pronto para castigar a su esposa y
siempre con intenciones viles. También están los “lausengier”, lisonjeros,
aduladores que quieren ganarse la simpatía de su señor y obtener favores y son
enemigos de la pareja. Luego esta expresión pasó a designar a los
calumniadores. El “enojós” es el
envidioso, el “gardador” quien vigila a la dama. “El trovador amante se halla
entre dos enemigos que lo obligan a ser cauteloso, a fingir, a ser discreto,
por eso la mujer amada es nombrada bajo la “senhal”, nombre falso que esconde
el verdadero y en consecuencia la identidad de aquélla. Eso hace necesaria la
presencia del “secretario” (el que guarda el secreto) quien conoce las
relaciones, es amigo fiel del enamorado, sirve de mensajero entre ambos, muchas
veces cuida de la dama cuando aquél se ausenta y protege a la pareja en los
encuentros furtivos”[3]
· Álvaro Galmés de
Fuentes señala algunos tópicos o lugares comunes que aparecen en la lírica
provenzal, según dicho estudioso, como influencia de la lírica árabe: a)el
sufrimiento gozoso, b) el Locus Amoenus o lugar agradable, que es un lugar propicio para el amor como
escenario natural, poblado de flores, ríos o fuentes, así como verdes praderas
c)el motivo de la albada, esto es que cuando los amantes se encuentran en la
noche, para evitar ser descubiertos, se separan al amanecer. d) el enamorarse
de oídas se produce cuando el trovador no conoce a la dama, pero se enamora de
ella a través de lo que escucha. e) la brisa portadora de noticias es otro
tópico frecuente. Se produce toda vez que los enamorados están separados y es
el viento el que sirve como intermediario de esos amores. etc.
Algunos representantes de la poesía provenzal son:
Marcabrú, Daniel Arnaut, Guillermo de Poitier, Bernard de Ventadorn.
LA ESCUELA DE
SICILIA.
A
pesar de ser la primera escuela lírica italiana debe señalarse su falta de
originalidad. Estos poetas imitan la poesía provenzal y repiten los temas, los
motivos y hasta la misma métrica. La dama es lejana, hermosa y soberbia como señora
feudal y el poeta le habla como vasallo en tono de extrema humildad. Ejemplo:
Pier Delle Vigne.
Después
de 1266 (batalla de Benevento) el centro cultural se desplaza de Sicilia a
Toscana (Florencia) donde evolucionará hasta formar el DOLCE STIL NOVO.
DOLCE STIL NOVO
La
escuela poética más famosa del Siglo XIII fue la conocida con el nombre de Dolce
Stil Novo, denominación tomada de una famosa mención literaria (Divina
Comedia, Purgatorio, XXIV, 34 ss) en la que Dante imagina que encuentra entre
los golosos a Bonagiunta Orbicciani da Lucca y que le expone, a petición suya,
su propia poética: “Soy uno que cuando/Amor me inspira, anoto, y, de esa forma/
voy expresando aquello que me dicta”,de este modo reconoce como fuente de su
poesía la sinceridad y la intimidad de su inspiración. “Su palabra de poeta ha
sido y es la fiel traducción de una viva realidad sentimental y fantástica”[4]
. El otro contestó que así comprendía qué es lo que había diferenciado a la
lírica de los sicilianos, aludidos a través de Jacopo de Lentino, y la escuela
doctrinal de Guittone d’Arezzo, de ese Dolce Stil novo del
que Dante hablaba (“Ahora veo yo el nudo- que al notario (Jacopo da Lentino) y
a Guittone (D’Arezzo) y a mí retuvo alejados del Dulce Estilo Nuevo que ahora
escucho”)
La
expresión dantesca de la que la escuela ha tomado su nombre tiene, sin duda,
valor estilístico: Dolce es un término técnico que hace referencia a una
poesía en la que un amor completamente interiorizado y espiritualizado se
expresa a través de aquel estilo terso y musical que Dante, más tarde,
describió en el De vulgari eloquentia, diferenciándolo del estilo
“áspero y sutil” de la poesía doctrinal y atribuyéndole una familiaridad más
intrínseca con el latín (II, v, 7). Por ello, los poetas del Dolce Stil
Novo se distinguen de sus predecesores no sólo por la concepción del amor, sino
también por los modos expresivos y, en cierta manera, tratan de enlazar,
saltando a guittonianos y sicilianos, con los más antiguos y grandes poetas
provenzales.
Los
poetas del Dolce Stil novo profundizan los conceptos heredados de la poesía
provenzal, y llegan al punto de elaborar una verdadera filosofía del amor.
Integrantes:
Guido Guinizelli
Guido Cavalcanti
Cino da Pistoia
Dante.
A
Guinizelli se lo ha considerado el fundador del Dolce Stil, pues sienta los
principios más importantes en su poema: “Al cor gentil ripara sempre amore”
Conceptos más importantes:
·
La correspondencia entre
amor y corazón gentil. Esta gentileza no debe interpretarse como nobleza de
sangre o producto de la herencia, como lo entendía la poesía provenzal, sino como la posesión de
las cualidades, imprescindibles para sentir amor. Es decir, la nobleza del alma
no depende del abolengo sino únicamente de la gentileza del corazón y de las
virtudes estrictamente personales.
·
La figura de la dama, idealizada ya por la lírica
trovadoresca, llega en el Dolce Stil a su punto culminante y su belleza física
y espiritual es el estímulo para hacer vibrar lo más noble del corazón del
amante, es decir que la mujer hermosa da lugar en el alma del poeta a que lo
bueno, que antes sólo estaba en germen, en potencia, se desarrolle. El poeta
encuentra, a través de ella, el camino a la perfección y a la verdad. Por ello
se habla en el Dolce de la “donna angelicata”, la mujer angelical, toda
perfección, que parece “venida del cielo a la tierra a mostrar milagro.”[5]En
la imagen de la mujer angelizada, hay evidentemente un reflejo del culto
mariano.
Bernardo de
Claraval decía que para él la mayor virtud de la virgen reside en su humildad a
la que todo lo debemos: las inefables alegrías, las consolaciones más duraderas
de nuestra vida. Es, justamente, la humildad una de las virtudes más señaladas
en la donna.
En el corazón
gentil irrumpe el amor ante la visión de la dama.E el poeta del Dolce Stil se
vuelca complacido a la contemplación de sí mismo y a la recreación poética de
todo lo que pasa dentro de su pecho. Suele realizase una labor introspectiva.
·
El amor, que siempre se escribe con mayúscula porque
es una potencia superior, es obligatorio. Es el amor quien elige, no los seres
humanos, y nunca es correspondido.
Amar es sufrir y
gozar, pero sobre todo, complacerse en el sufrimiento, recrearlo. Es sufrir
porque la amada, ese ser superior no corresponde el amor. También es gozo
porque es una forma de probar la gentileza del enamorado, es decir, la nobleza
de alma del varón.
Ser víctima de
“Amor” significa el ingreso a un mundo extraño, casi sobrenatural, y si es un
signo de distinción de espíritu poder sentir de esta forma, también es una
condena, un terrible dolor que se vincula con la muerte.
Otro claro
ejemplo del Dolce Stil lo encontramos en la Vita Nova de Dante, en este soneto
dedicado a Beatriz:
“Tanto gentile e tanto
onesta pare
la donna mia quando ella altrui saluta,
ch’ogne lingua deven
tremando muta,
e lí occhi non lardiscon di guardare.
Ella si va, sentendosi
laudare,
benignamente d’umiltá vestuta
e par che sia una cosa venuta
da cielo in terra a miracol mostrare.
Mostrasi si piacente a
chi la mira,
che da per li occhi una dolcezza al core
che’ntender non la puó chi non la prova,
e per che de la sua
labbia si mova
uno spirito soave pien d’amore
che va dicendo a
l’anima: sospira.”
“Tan gentil, tan
honesta, en su pasar,
es mi alma cuando ella a alguien saluda,
que toda lengua tiembla y queda muda
y los ojos no la osan contemplar.
Ella se aleja,
oyéndose alabar,
benignamente de
humildad vestida,
y parece que sea cosa venida
un milagro del
cielo acá a mostrar.
Muestra un
agrado tal a quien la mira,
que al pecho,
por los ojos da un dulzor
que no puede
entender quien no lo prueba.
Parece de sus
labios que se mueva
un espíritu suave, todo amor,
que al alma va diciéndole: suspira.”
DANTE ALIGHIERI
Dante Alighieri (1265-1321),
poeta, prosista, teórico de la literatura, filósofo y pensador político
italiano. Esta considerado como una de las figuras más sobresalientes de la
literatura universal, admirado por su espiritualidad y por su profundidad
intelectual.
Primeros años.
Dante
nació en Florencia, en los últimos días de mayo o los primeros de junio del año
1265, en el seno de una familia que pertenecía a la pequeña nobleza. Su madre
murió cuando todavía era pequeño, y su padre al cumplir los 18 años. El
acontecimiento más importante de esta trágica juventud, según su propio
testimonio, fue conocer, en el año 1274, a Beatriz, la mujer a quien amó y que
exaltó como símbolo supremo de la gracia divina, primero en La vida nueva y,
más tarde, en su obra maestra, la Divina Comedia. Los especialistas han
identificado a Bice di Folco como la noble florentina Bice di Folco Portinari,
que murió en 1290, con apenas 20 años. Dante sólo la vio en tres ocasiones y
nunca habló con ella, pero eso fue suficiente para que se convirtiera en la
musa inspiradora de casi toda su obra.
Se
sabe muy poco acerca de la educación de Dante, aunque sus libros reflejan una
vasta erudición que comprendía casi todo el conocimiento de su época. En sus
comienzos ejercieron una gran influencia sobre él las obras del filósofo y
retórico Brunetto Latini, que aparece, por otro lado, como personaje destacado
en la Divina Comedia. Se sabe que, hacia 1285, se encontraba en Bolonia,
y se supone que estudió en la universidad de esa ciudad. Durante las luchas
políticas que tuvieron lugar en la Italia de esos años, se unió en un principio
al bando de los guelfos, opuestos a los gibelinos.
En
1289 formaba parte del Ejército güelfo de la ciudad de Florencia que combatió
en la batalla de Campaldino, en la que los güelfos de Florencia vencieron a los
gibelinos de Pisa y Arezzo. Por esa misma época se casó con Gemma di Manetto
Donati, perteneciente a una destacada familia güelfa florentina.
La vida nueva
La
primera obra literaria de Dante fue La vida nueva, escrita muy poco
después de la muerte de Beatriz. Se compone de poemas en forma de soneto y de
canzone, entre los que se intercalan textos en prosa. En ella se narran
acontecimientos relacionados con el amor del poeta hacia Beatriz, como el sueño
en el que Dante la ve muerta, la muerte real de la joven y la decisión del
enamorado que, desesperado, decide escribir una obra literaria dedicada a ella,
como postrer monumento a su amor. La vida nueva muestra claramente la
influencia de la poesía amorosa trovadoresca de la Provenza francesa, y supone
el punto culminante del dolce stil novo, nombre que recibe la poesía
escrita en la lengua vernácula en la Florencia de aquellos años. Esta obra
consigue superar la tradición provenzal, pues describe los sentimientos
amorosos del poeta de una manera sublime e idealista, pero insinúa una elevada
espiritualidad muy próxima al misticismo. La vida nueva, con su
contenida intensidad de sentimientos, constituye una de las grandes obras de la
literatura europea. La obra probablemente fue escrita entre 1292 y 1293 o
incluso 1294.
Actividad
política de Dante
Durante
los cinco años siguientes, Dante participó activamente en la vida política de
Florencia. Ciertos documentos fechados en 1295 le sitúan inscrito en el gremio
de médicos y boticarios, ya que quienes no pertenecían a la nobleza no podían
participar en el gobierno de la ciudad a no ser que fueran miembros de una
corporación. En 1300 partió hacia San Gimignano al frente de una misión
diplomática. Ese mismo año fue elegido como uno de los seis magistrados de
Florencia, cargo en el que se mantuvo sólo dos meses. Durante su mandato se
profundizó la rivalidad existente entre las dos facciones del partido güelfo
florentino, los llamados negros, que veían en el Papa un interesante aliado
contra el poder imperial, y los blancos, que pretendían mantenerse
independientes tanto del Papa como del emperador del Sacro Imperio. Con el fin
de mantener la paz en la vida política florentina, se decidió desterrar a los
jefes de las dos facciones enfrentadas. Sin embargo, apoyados por el papa
Bonifacio VII, los cabecillas de los güelfos negros regresaron a Florencia en
1301 y se apoderaron del gobierno de la ciudad. Al año siguiente expulsaron a
Dante por un periodo de dos años y le impusieron una elevada multa. Al no
hacerla efectiva le amenazaron con ejecutarlo si regresaba a la ciudad.
El
exilio del poeta transcurrió entre Verona y otras ciudades del norte de Italia.
Vivió en Paris, entre 1307 y 1309. Durante este periodo, sus ideas políticas
sufrieron una considerable mutación, y abrazó la causa de los gibelinos, que
deseaban la unificación de Europa bajo el gobierno de un emperador culto y
competente.
Durante
los primeros años de exilio, el poeta escribió dos importantes obras en latín.
La primera de ellas, De vulgari elocuentia (1304-1305), es un tratado
sobre las ventajas que supondría el uso del italiano como lengua literaria. En
él defiende la utilización de la lengua vernácula, establece criterios para su
buen uso como lengua escrita y concluye con una sección dedicada a la critica
de algunas obras en lengua vernácula. La segunda de ellas, la inconclusa Il convivio
(1304-1307), la concibió como una recopilación, en 15 volúmenes, del conocimiento
de la época. El primero de los tomos sería un volumen introductorio, mientras
que los 14 restantes incluirían otros tantos comentarios en forma de poema.
Sólo logró completar los 4 primeros libros.
Los
anhelos políticos de Dante se vieron espoleados con la llegada a Italia de
Enrique VII, rey de Alemania y cabeza del Sacro Imperio Romano Germánico. Las
intenciones del emperador consistían en unificar Italia bajo su soberanía,
tanto en la teoría como en la práctica. En medio de una febril actividad
política, Dante escribió a numerosos príncipes y líderes políticos italianos,
urgiéndoles a dar la bienvenida al emperador y apoyarlo en sus deseos de
unificar la península Itálica, pues era la mejor manera de terminar con las
luchas entre las distintas ciudades y en el interior de éstas. La muerte de
Enrique VII en Siena, el año 1313, acabó con las esperanzas políticas del
poeta. El tratado De Monarchia (1310), escrito en latín probablemente
durante la estancia del emperador en Italia, constituye una exposición
detallada de las ideas políticas de Dante, entre las cuales se encuentran la
necesidad de la existencia de un Sacro Imperio Romano y la separación total de
Iglesia y Estado.
Últimos años
En
1316 la ciudad de Florencia ofreció a Dante la posibilidad de regresar, pero
las condiciones que puso para ello eran las mismas que solían imponerse a los
criminales perdonados por las autoridades de la ciudad. El poeta rechazó el
ofrecimiento, argumentando que jamás regresaría a menos que le fuesen
restituidos por completo su dignidad y su honor. Siguió, por tanto, viviendo en
el exilio, y pasó sus últimos años en Ravena, donde murió el 13 o el 14 de
Setiembre de 1321. Fue enterrado en esta ciudad, pero sus restos han sido
reclamados durante siglos por los florentinos, que le tenían reservada una
sepultura en la iglesia de la Santa Croce.
Entre
las obras menores que escribió durante este periodo de tiempo se encuentran
Quaestio de acqua et terra y dos églogas también en latín. La primera de las
tres obras es un tratado cosmológico que trata sobre un argumento recurrente
para los pensadores de ese momento: si la superficie de las aguas es mayor que
la de la tierra. Las églogas estaban inspiradas en el modelo desarrollado por
el poeta clásico romano Virgilio, a quien Dante consideraba su más importante y
duradera inspiración.
LA DIVINA COMEDIA
TÍTULO:
El autor tituló “Comedia” a su obra. La
inexistencia de estructura dramática de la obra no era un obstáculo para tal
denominación.
Según la concepción de Dante, la expresión poética tiene
tres géneros y la comedia es uno de ellos.
Definiciones medievales de la
comedia:
·
Jean de Garlande: “La tragedia tiene por rasgo esencial comenzar en la
alegría y terminar en la aflicción, y la comedia comienza en la aflicción y
termina en la alegría”
·
Hugutio de Pisa: “Los personajes de la tragedia son reyes y grandes de este
mundo, mientras que los de la comedia son hombres de condición ordinaria”.
·
Averroes: “Tragedia” es el arte de ensalzar, “comedia” el de censurar”
En esta época se ponía mayor atención al contenido para dictaminar el
género al que pertenecía una obra. El viaje del personaje central comienza en
un momento de dolor, perdido en la “selva oscura”, para luego de diversas
pruebas, terminar en la mayor de las felicidades: ver a Dios y obtener la
salvación de su alma.
Dante en la carta que le envía a Can Grande della Scala
dice:
”La
comedia, suele empezar con algún tema o situación áspera, pero luego termina felizmente,
como lo muestra Terencio en sus comedias. Y por esto algunos compositores
suelen emplear en sus
saludos, en lugar del término “salud”, la expresión “trágico principio y cómico
fin”. Igualmente se distingue en el estilo; elevado y sublime en la tragedia;
tranquilo y humilde, por el contrario, en la comedia, como aconseja Horacio en
su poética. Con lo dicho queda aclarada la denominación de comedia que recibe
la presente obra. Porque, si atendemos a la materia, es horrible y desagradable
al principio, porque expone el infierno, pero al final resulta feliz, deseable y grata,
porque explica el paraíso; en cuanto al estilo es suave y sencillo, pues emplea
el lenguaje vulgar que emplean las mujeres en sus conversaciones diarias”.
Sus admiradores le agregaron el calificativo de “Divina”
refiriéndose a su calidad estética así como a su sustancia religiosa.
La obra, es un catálogo del
pensamiento político, científico y filosófico de su tiempo, puede interpretarse
en cuatro niveles: el literal, el alegórico, el moral y el místico.
Ciertamente, es una impresionante dramatización de toda la teología cristiana
medieval, pero, más allá de esta consideración, el viaje imaginario de Dante
puede ser interpretado como una alegoría de la purificación del alma, y de la
consecución de la paz bajo la guía de la razón y el amor Es una poema extenso escrito en lengua vulgar, y sus primeras
ediciones aparecieron en 1472. Se cree que fue escrita en los últimos años de
su vida.
Dante asume las condiciones de narrador y personaje en el
viaje (que propone como una experiencia real y no como una visión) por los tres
reinos de ultratumba, según era concebido por la Iglesia en esa época.
TEMAS:
·
La salvación: el viaje de Dante tiene como único objetivo su salvación, y por su
intermedio, la del género humano a quien transmitirá la visión de su
peregrinaje. La vía de salvación le exigirá sacrificios. Será necesario
el amor con que tome su empresa, el amor con que lo secunden sus guías, para
llegar al conocimiento, mediante el cual podrá acceder a lo que aspira.
· El amor: para que la obra no se
dispersara en distintas direcciones era necesario un principio capaz de
conciliarlo todo, que proviene de la doctrina cristiana, puesto que el amor no
sólo obra sobre el bien, sino que arrastra también a la pendiente del mal.
· La teoría del amor: Dante expone la teoría del
amor en el canto XVII del Purgatorio. Según ella, el amor del bien lleva al
alma a la salvación. Cuando se ha sido remiso en el cumplimiento se le castiga
en el Purgatorio. Se distinguen dos clases de amor: el natural, que es
infalible; el racional, que “puede errar”, por dirigirse a un mal objeto, por
exceso o por falta de fervor.
Esta teoría es complementada
en el canto posterior con la teoría del libre albedrío, que muestra la facultad
que le permite al hombre elegir entre el amor que sólo excita, de lo que le
produce placer, y el verdadero amor.
· La justicia: El viaje de Dante no es una
simple aventura sino que está dotado de la más honda gravedad. Sobre él se
cierne la clemencia y la gracia, pero también la justicia divina y su rigor
inflexible.
· El dolor: se padece dolor físico,
provocado por el tormento de los castigos, para representar el dolor espiritual
y moral, provocado por la pérdida de la esperanza y la perspectiva de
eternidad, agravado por la conciencia de la infecundidad de la pena.
·
Estructura
Externa.
La obra está
dividida en tres cánticas: Infierno, Purgatorio y Paraíso.
Fecha de
finalización de cada cántica:
INFIERNO: 1308
PURGATORIO: 1313
PARAÍSO: poco antes de su muerte 1318
ó 1319
Cada una de las
secciones incluye 33 cantos, excepto la primera, que incluye uno más y sirve
como introducción. Este extenso poema está escrito en terza rima (consonante
encadenada), con esquema ABA BCB CDC... etc. De tal forma que cada rima, salvo
la primera se reitera en tres oportunidades. Cada cántica finaliza con la misma
palabra “estrella”, por lo tanto se repite tres veces. Puede observarse la
reiteración de algunos números a los que Dante atribuye carácter simbólico: el
3 que representa la Santísima Trinidad, los otros surgen por la combinación del
3 y el 1, número que representa la divinidad. El uso de símbolos está de
acuerdo con el período histórico – literario y el cuidado de la forma anticipa
el Renacimiento.
En
cada uno de estas tres cánticas Dante se va encontrando con personajes
mitológicos, históricos o contemporáneos suyos, que simbolizan cada uno un
defecto o virtud, ya sea en el terreno de la política como en el de la
religión. Así, los castigos o las recompensas que reciben por sus obras
ilustran un esquema universal de valores morales. Durante su periplo a través
del Infierno y el Purgatorio, el guía del poeta es Virgilio, alabado por Dante
como el representante máximo de la razón. Beatriz, a quien Dante consideró
siempre tanto la manifestación como el instrumento de la voluntad divina, le
guía a través del Paraíso hasta que es sustituida por San Bernardo que lleva a
la presencia de Dios.
ESTRUCTURA
INTERNA
Introducción:
Dante
tomó de la cultura de la época la concepción geocéntrica del universo,
imaginándolo constituido por diez cielos concéntricos, inmóvil el exterior (el
Empíreo) y girando a distinta velocidad los otros nueve, sedes,
respectivamente, de los planetas (Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter y
Saturno) y de las estrellas fijas, mientras que el noveno, el Primer móvil,
inicia el movimiento universal; están movidos por nueve grupos de ángeles,
dispuestos jerárquicamente y que, recibiendo el impulso de Dios, lo distribuyen
por las esferas. En el centro de esta máquina está, inmóvil, la tierra, sede
del hombre, sobre la que, por tanto, llegan desde arriba las influencias
celestes, mientras que desde abajo, desde el centro de la misma, donde se halla
situado, sube el influjo de Satanás. Éste, que antes era Lucifer, al ser
expulsado del cielo por su soberbia, fue lanzado contra la tierra, y al abrirse
una especie de cráter cuando la tierra se retiró ante él, quedó encajado en el
centro del globo, y por tanto del universo, como símbolo del mal y antítesis de
Dios, mientras que la tierra que escapara de él terminó emergiendo en las
antípodas de Jerusalén formando la montaña del Purgatorio.
Es
fácil observar la solidez conceptual y fantástica de esta estructura y la
fuerte unidad con la que Dante supo fundir todos los elementos de la concepción
bíblica de la historia del hombre:
Dios, el sumo
bien, y Satanás, el sumo mal, están contrapuestos antitéticamente incluso desde
el punto de vista de su ubicación en el mundo; la caída de Lucifer abre el
cráter infernal en el que está castigado quien no ha sabido resistir a esa
seducción, pero empuja hacia el cielo a la montaña del Purgatorio, que será
instrumento de expiación y redención. De esa manera los reinos de ultratumba,
tal como los había concebido e imaginado el cristianismo, terminan por
encontrarse estrechamente unidos a la historia del hombre y a la historia
sobrehumana de la creación y luego de la rebelión de los ángeles.
Acorde
a este plano general, cada uno de los reinos de ultratumba tiene su propia
topografía. El Infierno está dividido en dos grandes secciones, el Alto y el
Bajo Infierno. La primera corresponde a quienes pecaron por incontinencia y la
segunda a aquellos que lo hicieron por malicia; en la suma de ambas se
despliegan los nueve círculos, ubicados fuera de la ciudad Incandescente de
Dite, se hallan los que por sus pecados padecen tormentos eternos no atroces,
siendo castigados por el agua, el viento, la nieve y el fango. Del sexto
círculo, al último, en cambio, se castiga a quienes han pecado por bestialidad
y malicia y que por lo mismo deben sufrir el tormento del fuego y el hielo.
Conforme
se desciende, el Infierno se hace más estrecho y los tres círculos finales se
subdividen en varias zonas reservadas a los pecadores más infames. Así, el
séptimo círculo (reducto de quienes pecaron con violencia y bestialidad) se
divide en tres zonas, el octavo (la fosa de los malditos) en diez y el noveno
(el círculo de los traidores) en cuatro. Entre los dos últimos se encuentra el
pozo de los gigantes (donde moran los espíritus de esas figuras mitológicas) y
al final del Infierno está Lucifer, quien con sus tres bocas devora eternamente
a Judas, Bruto y Casio).
INFIERNO.
A) Aspecto
material.
El infierno
es el reino más rico en escenografía. Dispone de elementos arquitectónicos,
accidentes geográficos, fenómenos atmosféricos, mundo animal, vegetal y
mitológico.
² Elementos
arquitectónicos: puertas, tumbas, murallas, torres, castillos.
²
Accidentes geográficos: montículos, fosas, escollos,
puentes naturales, arenales, ríos: Aqueronte (de fuego) y Flegetón (de sangre
hirviente), Estigia (pantano), Cócito (lago helado).
²
Fenómenos atmosféricos: relámpagos, truenos,
granizo, lluvia (de fuego), niebla, huracanes, viento helado.
²
Mundo animal: gusanos, insectos, perros y serpientes
²
Mundo vegetal: bosques, praderas.
²
Mundo mitológico: Caronte, Cerbero, Minos, arpías,
centauros, gigantes, demonios, Lucifer (Dite).
B) Significado
moral.
Por su amplitud no es
posible desenvolverse con la libertad deseada en el vasto y complejo mundo que
nos ofrece la obra. Si consideramos el momento culminante que supone el juicio
de Dante en el Paraíso Terrenal (Purgatorio: XXX, XXXI, XXXII), hacia el que
tiende su travesía, vemos que es la interpretación que nos permite mayor grado
de cohesión para abarcar su totalidad.
La inscripción de la puerta del Infierno (III) contiene en sí misma los
tres atributos que definen a este reino: sufrimiento, origen en la justicia,
eternidad del castigo. La condición implacable de este mundo cerrado se acentúa
en la advertencia final: lasciate
ogni’speranza voi ch’entrate.
Esta imagen intelectual del
Infierno se complementa con una inmediata imagen sensorial que enfatiza la
oscuridad, la confusión, los lamentos y las imprecaciones. El castigo es el fin
en sí, no conduce a nada. Lo rige una ley rígida que establece casi siempre la
vinculación simbólica de culpa y castigo. Esta relación puede ser de semejanza:
los lujuriosos, que sometieron la razón al desenfreno de sus apetitos, son
arrastrados por un viento que no cesará jamás; de oposición: los indiferentes,
que nunca se entregaron a una causa, anhelan abrazar una bandera, o dan su
sangre para alimenta gusanos, cuando nunca la entregaron a una noble empresa.
Ordenación moral de los
pecadores. Se cree
que en principio Dante haya ideado la Divina Comedia siguiendo la
nomenclatura de los pecados capitales de la Iglesia, en orden de gravedad
creciente: lujuria, gula, avaricia, la [6]avaricia,
cólera, envidia y orgullo. Pero durante la redacción de la obra comprendió que
ésta no le ofrecía tantas posibilidades poéticas como la que escogió después.
La Ética a Nicómaco de Aristóteles, “maestro del que todos saben” fue la
norma que adoptó para sustituir la clasificación tradicional. Modificó el plan,
sin tocar lo ya escrito, integrando su materia en la distinción aristotélica de
las tres disposiciones viciosas: incontinencia, bestialidad y malicia. Comprobó
que era posible adaptar los cinco primeros pecados con los que había trabajado
a la clasificación general de la incontinencia.
PURGATORIO
A)
Aspecto material.
Es concebido como una montaña,
que se eleva en una isla inaccesible del hemisferio austral, en las antípodas
de Jerusalem. La montaña tiene forma de cono truncado y presenta tres regiones:
en la base, una zona rocosa de difícil acceso, que recibe el nombre de
Antepurgatorio; en el cuerpo del monte, el Purgatorio propiamente dicho, que
comprende siete cornisas rocosas, correspondientes a los siete pecados
capitales establecidos por la Iglesia; en la cima, una planicie boscosa que es
el Paraíso Terrenal.
B)
Significación moral.
En el Canto I se le define
como “reino donde se purifica el alma y se hace digna de subir al cielo”. La
llegada a la playa pone en evidencia el contraste con el ambiente infernal:
“suave color de zafiro oriental”, “sereno aspecto de aire puro”, “el bello
planeta que convida a amar, hacía sonreír a todo el oriente”.
La modalidad fundamental de
este mundo está determinada por la necesidad de misericordia. La esperanza va
desde la espera indiferente hasta la ardiente impaciencia.
Los condenados y los
benditos tienen en común que no evolucionan más. Están ante el peregrino sólo
como advertencias o modelos.
Las almas del Purgatorio
continúan su desarrollo: deben atender lo que han descuidado, reparar el mal
que han hecho, y cuando se han purificado totalmente, ascienden al Paraíso.
Para que cumplan
su perfeccionamiento les son presentados ejemplos mediante la imagen plástica,
las visiones, las voces que proceden de árboles místicos y de los propios
espíritus. El ejemplo exalta a la virtud contraria al vicio que los dominó.
PARAÍSO.
A)
Aspecto material.
La organización del Infierno
y del Purgatorio tenía que ser armada por el arte inventivo del poeta y tenía
que ser plasmada en una realidad artística. Pero las esferas celestiales le
eran presentadas por la astronomía medieval como objeto científicamente
determinado. Así su arte inventivo se enfrentaba al problema inverso: disolver
una apariencia simbólica.
La representación del viaje
de tierra a cielo y de un cielo a otro demandaba un tratamiento original. El
poeta logró relatar un viaje sin tiempo y sin obstáculo: elevado y transportado
por la luz divina que reflejan los ojos de Beatriz, se mueve sin la conciencia
del movimiento. No sabe si es sólo su espíritu o si su cuerpo va con él. La
astronomía de su tiempo le impone los siguientes datos: la tierra es inmóvil en
el espacio; en torno de ella giran nueve
esferas concéntricas cuyas inteligencias motrices son los Ángeles.
Yendo de la más próxima a
nosotros, que es a la vez la más pequeña
y lenta, a la más alejada, el orden del cielo es:
²
Cielo de la Luna
²
Cielo de Mercurio
²
Cielo de Venus
²
Cielo del Sol
²
Cielo de Marte
²
Cielo de Júpiter
²
Cielo de Saturno.
²
Cielo de estrellas
²
Cielo cristalino (primer móvil)
²
El empíreo.
En el octavo cielo las
estrellas están fijas, alrededor de ellas gira el cielo cristalino en un
espacio inmaterial, luminoso; más allá, eternamente calmo, se encuentra el
Empíreo, que con su paz eterna los domina a todos. En éste los bienaventurados
están dispuestos en forma de rosa, en cuyo centro está Dios rodeado de las
jerarquías de los ángeles.
Las almas no necesitan
mirarse ni oírse. Piensan y se entienden entre sí a través de Dios, sólo en
razón del viajero configuran palabras, cantos y danzas.
B)
Aspecto moral.
Dante da explicaciones sobre
la ordenación moral de los dos primeros reinos, pero no menciona la ley que
rige la ubicación de las almas en el Paraíso. El único punto que está fuera de
discusión es que su beatitud es mayor cuanto más alejada de la tierra está la
esfera correspondiente; los bienaventurados del cielo de la Luna están en el
último grado de la jerarquía celeste, los del cielo de Saturno, en el primero.
Cuando se busca establecer
el criterio que ordena la aparición de los bienaventurados en las esferas, se
tropieza con dificultades insuperables y no hay solución enteramente
satisfactoria.
En los tres cielos
inferiores las almas conservan aún vaga apariencia humana que se va
atenuando progresivamente; en los cielos
superiores, y a partir del Sol, Dante no aprecia más que luces.
En la representación de las
almas, Dante se ha enfrentado a mayores dificultades que nunca, pues no hay más
que un sentimiento: el amor; no hay más
que una actitud: la contemplación; no hay más que una voluntad: la de Dios, en
la que confluyen todas las voluntades, como explica Piccarda en el canto III.
En la atmósfera sublime, las
alusiones a males políticos, eclesiásticos y morales deberían entenderse como
interrupciones. Pero hay que considerar que la mera presencia del huésped
mortal recuerda a los bienaventurados la miseria humana y el pecado. Al
respecto dice Vossler: “Sátira, admoniciones... indican, como la estela de un
barco, el rumbo que sigue el poeta”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario